New York Giants versus New England Patriots
JUGADA 2. Tom Coughlin responde: Peón 4 Alfil Dama.
La defensa siciliana queda establecida. Siempre ha sido la preferida de aquellos grandes maestros que planean presentar batalla sin escatimar el poder ofensivo -pero no el choque directo-, sin olvidar una defensa contundente. El veterano entrenador de los Giants sabe que difícilmente podría salir airoso en un intercambio de golpes contra los patriots. Pero, conocedor como nadie de sus posibilidades, no dudará en utilizar todo el peso de sus opciones en ataque para explotar las debilidades de los Patriots.
El primer objetivo del ataque de los azules será el de permanecer sobre el verde tapete el mayor número de minutos posibles. La concepción estratégica del juego empujará a Coughlin a alentar a sus chicos para que realicen ataques de larga duración y así, dejar que el time control queme las ansias de Tom Brady en la banda. La mejor forma de anular el ataque patriota es, simplemente, evitar que entren en juego. La mejor baza para forzar los errores de la defensiva de Belichick es mantenerlos en la tensión de juego. Más minutos incrementarán las posibilidades de error y elevarán el nivel de fatiga cosa que contribuirá al primer factor. El tiempo de posesión consumido será, por tanto, otra faceta más del juego de ataque de los de New York. Así de simple, así de efectivo.
El head coach de New York cuenta con dos importantes bazas en el juego de ataque: pase y carrera. Una receta tradicional, histórica, base de cualquier proyecto ganador. Su juego de carrera está a la altura de los más intimidantes de la liga. Ahmad Bradshaw y Brandon Jacobs son dos running backs capaces de superar cualquier línea defensiva. Tantas jugadas efectúen, tanto más correrá el reloj. Su importancia no reside tanto en el número de yardas o touchdowns registrados como una indiscutible capacidad por percutir sobre el front seven rival, sin treguas ni concesiones. Además, se han caracterizado por una efectividad en situaciones puntuales de partido -tercer down y pocas yardas-, en las que permiten al equipo seguir atacando, concentrando la atención de las defensas rivales y, en consecuencia, habilitando el juego de pase. De nuevo principios fundamentales de este deporte desde casi su invención.
CLAVE: ¿Será capaz el pass rush patriota de detener el juego de
carrera de los Giants y/o presionar a Eli Manning?
carrera de los Giants y/o presionar a Eli Manning?
Los Giants se presentarán en Indianapolis, por primera vez en mucho tiempo, con un quarterback sólido. Eli Manning ha madurado y su juega está siendo sólido, incluso brillante. Además ejerce un liderazgo sobre sus compañeros con efectos que solo pueden ser positivos. La lectura que sobre el juego in motion realiza Eli no llega a la categoría de los grandes dinosaurios de la liga, pero nadie duda que, en su mejor temporada como profesional, Eli puede ser una arma mortífera para los azules de New York.
Contra la carrera y contra el quarterback, la tradicional defensa 4-3 parecería la opción más probable de Belichick pero debo hace notar que en las últimas semanas hemos visto aparecer con mayor frecuencia la 3-4 como recurso de apelación. En cualquier caso, ambos planteamientos tendrán como pieza angular el defensive tackle Vince Wilfork, vital en cualquier estrategia orientada al pass rush, sea directamet o, en su caso, abriendo vías para que Brandon Spikes, Jerod Mayo, incluso Rob Ninkovich puedan conseguir el mismo objetivo. Especial atención merecerán las acciones de Mark Anderson, auténtico gladiador de la trinchera. No es solo una predicción. Contra dos ofensivas terrestre como la de los Denver Broncos o, especialmente, Baltimore Ravens, los rivales sufrieron la efectividad de la defensa contra la carrera. En este particular, Bill habrá estudiado la forma en la que la offensive line de Coughlin sufre algunas desconexiones importantes. Usualmente proporcionan una buena cobertura a su quarterback pero durante algunas fases de su último partido contra los 49ers vieron como, una y otra vez, Eli fue capturado ferozmente. Contra ellos, las unidades defensivas del front seven patriota deberá inutilizar esta variante del ataque rival. Belichick confía ciegamente en el trabajo de sus hombres y en sobradas ocasiones han demostrado su valía. De ahí que tenga tanta importancia la presión que sobre el quarterback puedan realizar el front seven. La ofensiva de los Giants necesita el tiempo necesario como para buscar sus espacios. Será fundamental restar a Eli Manning esa décima de segundo extra que requerirá en su lanzamiento.
La otra faceta de los Giants en ataque se centra en su juego de pase. Coughlin intentará aprovechar la laguna que, se admita o no, presenta la cobertura patriota. Los de New York han desarrollado un sistema de ataque un tanto controvertido. Algunos lo describen como alguna variante evolucionada del run and shoot, los más entendidos la conocen por Gilbride's option -creado por su coordinador ofensivo-, con un principio nada innovador pero muy claro: "los receptores deben leer a cada momento que es lo próximo que sucederá. ¿Está la defensa en zona u hombre a hombre?. ¿Qué tendencias muestran los safetys?. ¿Presionan en la línea de scrimmage los cornerbacks o prefieren esperar unas yardas atrás?". Esa es una de las muchas claves -aunque me atrevería a decir que la definitiva-, que diferencian un sistema de otro. En el primer caso, el uso del motion -intercambio o movimiento en la posición previo al snap- y la decisión "improvisada" del receptor por parte del quarterback. En cambio, la referida Gilbride's option establece el ajuste "on the fly" -en acción- de los propios receptores, descrito anteriormente. En ocasiones el receptor cortará hacia dentro, otras hacia fuera, interrumpirá su ruta o seguirá hasta el final. Por esta razón, la versatilidad es lo que caracteriza el ataque de los Giants ajustándo sus rutas para buscar el espacio libre, siempre en la búsqueda del desequilibro del marcaje, hacia el centro o hacia los flancos, adelante o atrás, en rutas cortas, medias o largas. Una maravillosa locura donde la rigidez de una jugada deja paso a alguna forma de improvisación imposible de preveer dado que no se ajusta a ningún patrón estable.
Coughlin aguarda esas estrategias defensivas como el maestro de ajedrez que dispone una celada. Cuando el oponente se proteja contra el pase, aumentará la presión de la carrera. Cuando Bill disponga sus piezas para atajar el ataque terrestre y el avance implacable del reloj, forzará la presión sobre la línea y su quarterback. Una rueda que nunca dejará de girar hasta el paroxismo de tal exhibición táctica sea decantada por el marcador.
Contra la carrera y contra el quarterback, la tradicional defensa 4-3 parecería la opción más probable de Belichick pero debo hace notar que en las últimas semanas hemos visto aparecer con mayor frecuencia la 3-4 como recurso de apelación. En cualquier caso, ambos planteamientos tendrán como pieza angular el defensive tackle Vince Wilfork, vital en cualquier estrategia orientada al pass rush, sea directamet o, en su caso, abriendo vías para que Brandon Spikes, Jerod Mayo, incluso Rob Ninkovich puedan conseguir el mismo objetivo. Especial atención merecerán las acciones de Mark Anderson, auténtico gladiador de la trinchera. No es solo una predicción. Contra dos ofensivas terrestre como la de los Denver Broncos o, especialmente, Baltimore Ravens, los rivales sufrieron la efectividad de la defensa contra la carrera. En este particular, Bill habrá estudiado la forma en la que la offensive line de Coughlin sufre algunas desconexiones importantes. Usualmente proporcionan una buena cobertura a su quarterback pero durante algunas fases de su último partido contra los 49ers vieron como, una y otra vez, Eli fue capturado ferozmente. Contra ellos, las unidades defensivas del front seven patriota deberá inutilizar esta variante del ataque rival. Belichick confía ciegamente en el trabajo de sus hombres y en sobradas ocasiones han demostrado su valía. De ahí que tenga tanta importancia la presión que sobre el quarterback puedan realizar el front seven. La ofensiva de los Giants necesita el tiempo necesario como para buscar sus espacios. Será fundamental restar a Eli Manning esa décima de segundo extra que requerirá en su lanzamiento.
CLAVE: Gilbride's option contra Bill Belichick
La otra faceta de los Giants en ataque se centra en su juego de pase. Coughlin intentará aprovechar la laguna que, se admita o no, presenta la cobertura patriota. Los de New York han desarrollado un sistema de ataque un tanto controvertido. Algunos lo describen como alguna variante evolucionada del run and shoot, los más entendidos la conocen por Gilbride's option -creado por su coordinador ofensivo-, con un principio nada innovador pero muy claro: "los receptores deben leer a cada momento que es lo próximo que sucederá. ¿Está la defensa en zona u hombre a hombre?. ¿Qué tendencias muestran los safetys?. ¿Presionan en la línea de scrimmage los cornerbacks o prefieren esperar unas yardas atrás?". Esa es una de las muchas claves -aunque me atrevería a decir que la definitiva-, que diferencian un sistema de otro. En el primer caso, el uso del motion -intercambio o movimiento en la posición previo al snap- y la decisión "improvisada" del receptor por parte del quarterback. En cambio, la referida Gilbride's option establece el ajuste "on the fly" -en acción- de los propios receptores, descrito anteriormente. En ocasiones el receptor cortará hacia dentro, otras hacia fuera, interrumpirá su ruta o seguirá hasta el final. Por esta razón, la versatilidad es lo que caracteriza el ataque de los Giants ajustándo sus rutas para buscar el espacio libre, siempre en la búsqueda del desequilibro del marcaje, hacia el centro o hacia los flancos, adelante o atrás, en rutas cortas, medias o largas. Una maravillosa locura donde la rigidez de una jugada deja paso a alguna forma de improvisación imposible de preveer dado que no se ajusta a ningún patrón estable.
Es en este sistema donde hombres como Victor Cruz, Mario Manningham, Hakeem Nicks pueden aportar sus características individuales en el aprovechamiento del grupo. Cruz en el pase largo, cara a cara en la zona de safety contraria, partiendo en posiciones de recepción en la parte exterior e interior. Nicks atacando con sus rutas verticales la zona media tras las espaldas de los linebackers y Manningham, como locomotora, entregando potencia y protección del ovoide. ¿Cómo combatir semejante despliegue ofensivo?. Los antecedentes de los Patriots harán de este juego una de las claves del choque. Los de New England han sido la segunda peor cobertura de la liga encajando una media de 293,9 yardas/partido pero, a la vez, han sido la quinceava mejor defensa en cuanto a puntos anotados por sus rivales permitiendo 21,4 puntos/partido.
Hace semanas que Bill Belichick empezó a buscar planes alternativos contra esas lagunas frente al pase. No vamos a hablar únicamente de aumentar la exigencia en cuanto a la disciplina, concentración y anticipación que los defensive backs deben aplicar cada décima de segundo, sino de introducir defensas ad hoc, especializadas en labores de cobertura como la Dime o la Nickel (caracterizadas por disponer de 5 y 6 defensores en la secundaria), e incluso adjudicar nuevos rol a gente como Julian Edelman, antiguo quarterback, reconvertido a wide receiver como profesional y empleado por Belichick durante las últimas semanas en labores de cobertura. Espera de él su capacidad atlética y agresividad cerca de la línea de scrimmage. Es la respuesta del viejo zorro de Nashville, algo impensable para otros entrenadores pero definitorio de la capacidad de convencimiento que sobre todos su jugadores aplica la doctrina Belichick, resumida perfectamente por Edelman: "si tienes oportunidad de ayudar al equipo, no vas a rechazar el ofrecimiento". Ilustrativo y excepcional. New England Patriots ha encajado únicamente 30 puntos en sus dos partidos de post temporada.
CONTRAMEDIDAS: Lectura del ataque versus ajustes de la defensiva
Coughlin aguarda esas estrategias defensivas como el maestro de ajedrez que dispone una celada. Cuando el oponente se proteja contra el pase, aumentará la presión de la carrera. Cuando Bill disponga sus piezas para atajar el ataque terrestre y el avance implacable del reloj, forzará la presión sobre la línea y su quarterback. Una rueda que nunca dejará de girar hasta el paroxismo de tal exhibición táctica sea decantada por el marcador.
Señores, cuento los días que faltan para tamaño espectáculo con creciente emoción. ¿Y ustedes?.
La partida va a empezar, se ruega guarden silencio y disfruten de este duelo en las alturas. Gracias.
Jordi he aprendido mas de futbol americano en esta serie de tres articulos que en toda la temporada oyendo a Zanoni en el plus
ResponderEliminarGran serie. ...Y con esto y un bizcocho...
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