Alea jacta est: Terrell Owens jugará esta temporada para los Cincinnati Bengals por 1 año a cambio de 2 millones de dólares. La notícia es acogida entre las franquícias NFL con disimulado interés; algunos sonríen por debajo de la nariz mientras piensan "ay desdichados, no sabéis a quien habéis dado acogida, menuda os va a armar!"; otros prefieren contemplar la incorporación del WR del de Alabama desde el punto de vista puramente deportivo y considerar las opciones que se abren para Marvin Lewis y compañía.
La propuesta es interesante, no cabe duda. Carson Palmer ha recibido la notícia con alegría al declarar que "T.O. es un jugador explosivo al que no le falta energía ni potencia" y añadió "será muy divertido, él y Chad, harán de todo esto un espectáculo"... precisamente eso es lo que temen no poca parte de los ribereños del Ohio. Deportivamente hablando creo que Owens debe de estar tremendamente satisfecho: llega a uno de los equipos más sólidos de la AFC al ocupar la tercera posición (10-6) en toda la Conferencia detrás de Colts (14-2) y Chargers (13-3), empatando en sus registros con los Pats (10-6), por delante de Jets (9-7) y Ravens (9-7).
Si nos detenemos en el roster de los Bengals, la franquícia amplía claramente las opciones de ataque. Y uno de los principales beneficiados de todo ello va a ser Cedric Benson. El RB titular sumó su mejor registro al recorrer 1.251 yardas durante la temporada pasada y amenaza con explotar en su provecho la atención que las defensas contrarias deberán dedicar al dueto Ochocinco - Owens.
Por su parte, Chad Ochocinco deberá asumir que no va a resultar el único protagonista del equipo. Si los resultados llegan, el equipo funciona y el pastel de las recepciones se reparte a partes iguales como una tarta de cumpleaños, no habrá ningún problema; es más, la propia dinámica del equipo reforzará los lazos entre Ochocinco y Owens y todo será coser y cantar. Pero como T.O. empiece a acaparar la atención informativa y, además, Palmer le convierta en su opción preferida relegando a Chad a un papel sensiblemente menos protagonista, puede y arderá Troya. Y ambos, o mejor dicho: todos, deberían recordar cual ha sido el camino que les ha llevado ante esta posibilidad; Palmer y sus terribles lesiones de rodilla y codo -amén de diversos problemas extradeportivos con sus compañeros de equipo- y el consabido carácter de Ochocinco. Por eso será tan crucial para el éxito de los Bengals la disposición del recién llegado como la capacidad de asimilación de los ya presentes, no lo olviden.
La opinión unánime es que va a ser una temporada divertida. Yo espero, por el bien de T.O. (un jugador que, al fin y a la postre merece acabar su carrera de forma digna), de Ochocinco, de Benson, de Palmer y de la ciudad de la mítica emisora de radio WKRP que esa diversión quede, no únicamente pero sí principalmente, en el terreno de juego.
Menudo par, la que van a armar!
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