Al final caí en la tentación. Sí, ya sé que en un artículo anterior afirmé que jamás de los jamases me rebajaría a presenciar semejante farsa. Supongo que la falta de partidos que hemos empezado a notar, la cercanía de la Super Bowl y algo de insomnio, me ayudaron a cambiar de opinión. Así es que, tras la grandiosa victoria de mis Celtics contra los Lakers, en el mismo Staples, tomé mi portátil y, a disfrutar!... o casi. Porque la verdad es que cualquiera que contemplase el roster del partido debería pensar que el espectáculo que ante sus ojos se abriría sería histórico: