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lunes, 9 de enero de 2012

De brújulas


Una brújula defectuosa.
Desde su creación allá por el siglo IX, hasta su substitución por sistemas más modernos, la brújula ha sido el instrumento de navegación más útil; de imprescindible uso para cualquier embarcación que se atreviera a navegar más allá de la línea costera. La segunda ronda de los wildcard nos ha permitido contemplar el lamentable fin al que se exponen aquellos equipos que, teniendo un buen navío, se atreven a zarpar sin atender a su brújula. Un error que ni el más estúpido de los navegantes cometería jamás.

Atlanta Falcons y New York Giants nos prometían un partido de trincheras y resultó ser un enfrentamiento de tranchetes. En todos los partidos acostumbra a distinguirse un salvador, un elegido, un tipo al que el equipo encomienda todas sus esperanzas cuando las cosas no acaban de funcionar. Para los azules de New York ese hombre se llama Brandon Jacobs. La fase de tanteo acabó cuando Jacobs, en el más puro estilo beast mode, cogió el balón y literalmente tiró de los Giants hasta la siguiente eliminatoria. Entre tanto paso estratosférico y tanto quarterback batiendo récords históricos habíamos olvidado a qué huele el estilo tradicional del football americano, el espectáculo que supone ver a un running back romper placaje tras placaje con su poderío, llevar colgados a uno, dos o tres linebackers y seguir adelante o, gracias a un segundo esfuerzo, recorrer la distancia que separa un first down de un punt con la misma facilidad con la que encaja golpe tras golpe. That's football !!!.

La victoria hubiera sido menos fácil para los locales, pero más digna para los visitantes si algo en el juego de los Falcons hubiera funcionado, pero en Atlanta parecen abonados a disputar la post temporada con el dodotis puesto y en estado de shock. No sé a cuantos coordinadores ofensivos, defensivos, incluso entrenadores en jefe entrevistarán en las próximas semanas pero, además de ello, yo sugeriría cambiar de psicólogo.

Como comenté en la previa, los de New York tienen un estilo de juego que, lejos del abuso en el ataque aéreo, combinan una defensa de las que, yarda a yarda, se ganan el respeto del rival,con un ataque balanceado. Una combinación de equilibrio y potencia que Tom Coughlin gestiona con maestría, criterio y sentido común. Sabe cuando es el momento de tirar de las riendas y contener a su quarterback y cuando explotar las lagunas de la cobertura. Aún pueden caer a medio camino pero la historia no se repite porque sí.

En Atlanta quizá hoy sea el día más triste de su historia, solo superada por aquellos últimos días de la guerra civil norteamericana en los que la ciudad ardió hasta sus cimientos. Para jugar en post temporada no basta con tener buenos jugadores. Hay que administrar un buen playcalling, hay que dar el do de pecho en defensa, hay que saber jugar tus bazas adecuadamente, hay que infundir la duda en la defensa rival, hay que lanzar y atrapar pases, crear tus gaps, buscar tus carreras, aprovechar los blitz del contrario en tu beneficio, encontrar tus espacios entre la cobertura enemiga, ajustar la defensa, imponer tu ley en la trinchera, ser arriesgado pero inteligente... por lo visto, demasiadas cosas que hacer para un Mike Smith que acabó con esa mirada de impotencia que sólo los mediocres pueden mostrar.






Sin brújula.
Sabíamos que en Mile High habría un equipo que jugaría sin quarterback. Lo que no sospechábamos es que éste serían los Steelers y que, además, en la osadía, dejarían en el hotel a sus coordinadores de ataque y defensa. Había oído que "el football es distinto en enero", pero con sinceridad, nunca creí que sería tan diferente como para que el equipo eliminado en una ronda de wildcard fueran los de Pittsburgh jugando contra los Denver Broncos.

Podemos consolarnos creyendo que la derrota en Denver es explicable si uno considera la baja de Rashard Mendenhall, un front seven diezmado por diferentes lesiones y un quarterback renqueante. Excusas banas. En nueve de cada diez partidos los Steelers deberían de pasar por encima de los Broncos siempre y cuando los primeros hagan sus deberes desde la banda y sepan cambiar el plan si este no funciona. Eso no ocurrió ayer, convirtiendo el choque en ese décimo partido en los que los Denver Broncos asestan en su rival una merecida bofetada a dos manos.

Me parece sencillamente inexplicable cómo un equipo de la experiencia de los Steelers puede llegar a pensar que basta con un front seven de siete, ocho y hasta nueve jugadores para derrotar a los Broncos. Y más preocupante aún es creer que el gran John Fox, flanqueado por su coordinador ofensivo, Mike McCoy, no advertirán la situación y buscarán la más efectiva de las soluciones. Ya desde el segundo cuarto, Tebow demostró que aunque está lejos de ser un pocket passer, su brazo alcanza para bombardear a la inexistente cobertura acerera con sus pases defectuosos de factura pero letales en su resultado. Lo más sorprendente es creer que esta situación de juego fuera ejecutada, no como un recurso, sino como algo con lo que castigar a la ofensiva local una y otra vez. Una defensa que encaja veinte puntos en un solo cuarto -el segundo-, con un Tebow capaz de sumar tres pases de cuarenta yardas debería haber aleccionado la soberbia de los de oro y negro. Así sucedió el resto del partido pero, llegados al extra time, los Steelers quisieron resolver la prórroga de un solo golpe. Fue un acto inconsciente, tan arriesgado como insolente. Tebow volvió a demostrar que estaba preparado para esa situación y el touchdown de Demaryus Thomas, además de un acto de justícia, fue el justo precio a ese trato condescendiente con el que el veterano coordinador defensivo Dick LeBeau -con el consentimiento de Mike Tomlin-, trataron a los locales. Los partidos hay que ganarlos sobre el terreno de juego.

Es lo maravilloso de la NFL. Cada año teje una historia cargada de épica, emoción y sentimientos encontrados. Poco importa el resultado final. En un deporte donde solo cuentan las victorias, estos equipos consiguen volar por encima del resultado y pasar a la memoria de los aficionados por los sueños que acogieron. Los 49ers de Montana y Young fueron grandes no por el número de victorias sino lo que supusieron para los que aman este deporte, algo parecido a lo que en Green Bay ocurrió con Brett Favre, los Bills de Jim Kelly tejieron una leyenda basada en su infortunio, la historia de voluntad con la que Drew Brees devolvió a New Orleans su dignidad y sentimiento de comunidad tras la catástrofe del Katrina. Pase lo que pase el próximo fin de semana, los Denver Broncos se han ganado, a codazos, con fe y una pizca de fortuna, un lugar eterno en la leyenda de ese deporte. Quieren más, nadie lo duda, pero han hecho lo más difícil. El ganador de la Super Bowl hallará su merecida gloria pero, ahora sé, que este será recordado siempre como el "campeonato de Tim Tebow".

miércoles, 4 de enero de 2012

El Próximo Campeón (II/IV)


Como sospecháis, es seguro que esta breve serie de artículos sobre los equipos clasificados para los Playoffs 2012 no finalizará con el pronóstico de ningún hipotético ganador de la XLVI edición de la próxima Super Bowl; o quizá, sí. Pero no es menos cierto que de la lectura de mis comentarios, sagaces como sé que sois, podréis deducir qué escuadras son las que, a mi juicio, reúnen más ingredientes para afrontar con éxito esta colosal empresa. No os quedéis solo con mis impresiones; sacad vuestras propias conclusiones.



NEW YORK GIANTS. Confieso que hace solo escasas semanas que empecé a pensar en los New York Giants como uno de los equipos candidatos a la post temporada. Todos sabemos que tradicionalmente los azules han seguido la estrategia del globo, esto es, impresionantes al inicio de la regular season pero totalmente desinflados cuando llega diciembre. The Jings andan hoy concentrados en su preparación, seguros de sus fuerzas y confiados en la victoria. Y no es para menos.

Veo en estos Giants la fotocopia perfecta de aquel Big Blue Wrecking Crew que noqueó a los todopoderosos New England Patriots en la Super Bowl del 2008. Los chicos de la gran manzana conservan su cerebro en la figura del veterano head coach, un viejo zorro llamado Tom Coughlin. Su mayor mérito ha consistido en dar continuidad a su sistema substituyendo unas pocas piezas. Aunque él piense lo contrario, Eli Manning nunca pasará a la historia de la NFL por pertenecer a ese selecto grupo de quarterbacks de fantasía aunque es probable que, a poco que nos despistemos, finalice su carrera siendo uno de los más laureados conjuntamente con otro Qb de escaso reconocimiento público, Ben Roethlisberger. Bombo mediático a un lado, son muchas las franquicias que hoy entregarían su brazo derecho por contar con la fiabilidad del cada vez menos conocido por "hermano de Peyton". Ahmad Bradshaw substituyó a Brandon Jacobs pero rescatado éste del inevitable cambio generacional, los Giants cuentan ahora con un ataque terrestre de doble filo. Y allí donde la irresponsabilidad de Plaxico Burress puso en riesgo el poder del bigplay, los de New York han descubierto a una de las perlas negras de la temporada tras la figura de un agente libre no-drafteado, un tal Víctor Cruz quien, por méritos propios, ha acabado por desbancar no solo al lesionado Mario Manningham sino a todo un Hakeem Nicks como receptor preferente de Eli.

En silencio, a la callada, pero paso a paso, los Giants construyeron lo que acabó siendo un equipo de gloria. Se deshicieron de los Packers de Favre en aquella gélida noche, disolvieron la temporada perfecta de Tom Brady y ahora, vuelven a oír la llamada de la gloria. La historia amenaza con repetirse y si los Pierre-Paul, Justin Tuck, Osi Umenyiora y compañía mantienen su línea ascendente, los G-Men pueden estar a punto de dar una sonora campanada.



SAN FRANCISCO 49ERS. Es el equipo de todos... de todos los que nos metimos en esto hace ya más de treinta años. Constituyen el ejemplo perfecto, la máxima expresión de cómo un head coach con sentido común y mucho trabajo -algo de lo que carecen otras franquicias situadas más al sur de San Francisco y que no puede ser nombrada hasta que no cometan el merecido parricidio contra su head coach-, los resultados no necesitan de una reconstrucción ni larga, ni radical.

Jim Harbaugh ha sido capaz de recomponer los pedazos en los que Alex Smith se estaba -o le estaban- fragmentando. La operación Kaepernick, un nuevo salto al vacío, tan habitual por aquellos lares, ha quedado suspendida sine die. Más que eso, Jim ha dado al juego de los bay bombers un criterio y una consistencia que no se conocía en la bahía desde hacía décadas. De Michael Crabtree ya nadie espera que gane el partido solo con sus recepciones. El joven Kyle Williams puede participar en el juego sin la presión del "aquí y ahora". Las carreras de Frank Gore ya no son el recurso de emergencia al que recurrir a la desesperada. Se trata, en definitiva, de edificar un juego compensado y, por tanto, imprevisible. Y cuando el ataque entra en crisis, la defensa está ahí para mantener la distancia en el marcador. La defensiva de los 49ers ha mantenido al equipo en momentos importantes. Patrick Willis y Justin Smith forzando fumbles. Carlos Rogers, Tarell Brown y Dashon Goldson en la intercepción. Aldon Smith, Navorro Bowman y de nuevo Justin Smith, capturando al mariscal. Cuarta mejor defensa global, segunda a la hora de permitir puntos en contra -una increíble media de 14'3 pts/partido-, primera contra la carrera aunque decimosexta contra el pase -ojo al dato-. Un gran, gran trabajo de Vic Fangio.

Ahora nadie espera que los the red and gold sean la reproducción de aquellos niners que nos asombraron en su época. Sus aficionados han/hemos aprendido a esperar de sus jugadores lo que esta temporada han/hemos podido disfrutar: trabajo, equilibrio y resultados. Pero aunque ganar la NFC West no supone ningún aval viendo como están el resto de rivales divisionales, lo que los niners han sido capaces de construir esta temporada merece el justo reconocimiento de una post temporada. Y en este punto, aguardando en la ronda divisional, cualquier milagro es posible.



PITTSBURGH STEELERS. Si el acceso principal de Lambeau Field está presidido por la figura de Vince Lombardi, a la entrada del Heinz Field Stadium debería de instalarse algún tipo de reconocimiento al carácter indomable del equipo con mayor épica de este deporte. No puedo imaginar a ninguna escuadra con mayor capacidad de lucha, sufrimiento o creencia ciega en sus propias posibilidades. Nunca se dan por vencidos y jamás se arrugan ante las dificultades. De acuerdo que difícilmente lograrán la espectacularidad de otros equipos, pero de la misma forma hay que reconocer que lo que para otras franquicias representa un obstáculo infranqueable, para los de negro y oro solo significa un reto más que superar.

La temporada anterior lograron su clasificación para los playoffs a pesar de la sanción de cuatro partidos impuesta a su quarterback titular y estuvieron a un solo drive de dar la vuelta a la Super Bowl. Este año, con un Roethlisberger renqueante, han alcanzado la post temporada y ahora, sin uno de los mejores running backs de la liga, Rashard Mendenhall, se aprestan a librar una nueva guerra. Cada vez que dejan ir a alguno de sus consagrados receptores cometo el error de pensar que les será imposible cubrir el vacío de calidad que éste deja y, de nuevo consiguen lo imposible. En defensa quizá no luzcan esa terrible steel curtain que marcó una dinastía en los setenta pero, temporada tras temporada, encabezan la mayoría de clasificaciones defensivas. Y eso es algo que no se logra más que con un muy duro trabajo.

No sé si quedarán apeados de estos playoffs a las primeras de cambio o serán capaces de repetir aquello a lo que nos han mal acostumbrado. Solo puedo pensar que, en cualquier caso, con los Steelers sobre el terreno de juego, cada drive se convierte en una lucha sin límites, en un viaje a la esencia de este deporte. En Pittsburgh viven y mueren por y para el fútbol. Nunca fueron, ni serán, un equipo más. No les olvides, amigo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Esta Super Bowl pertenece a la AFC


Todos conocéis al amigo Gines y su blog NFL-Notes. Y si aún no es el caso, deberíais pinchar el link y sumergiros en su blog. Con un estilo corto y directo, sin florituras pero con un gran conocimiento en esto del football, destripa la actualidad, plantea interrogantes, aporta respuestas y descubre unos puntos de vista que habitualmente pueden escaparse al más mortal de los aficionados a este deporte. Ha sido también una víctima de la pregunta de este verano y a continuación podréis comprobar como, al definirlo, no mentía. Gracias neng!.

miércoles, 9 de febrero de 2011

If



Resurgieron de la nada.
Un rumor atronador.

El suelo retumbó y el público asistente pudo percibir todo su poder. Fue lo más parecido a contemplar como una simple ola se convertíae en un inmenso tsunami. Sus gargantas rugieron hasta que los cimientos del Cowboys Stadium temblaron, tanto que incluso el propio Jerry Jones esbozó una mueca de sorpresa ante tal demostración de fuerza. Sólo existe una afición capaz de irrumpir con semejante bramido, cual colérica horda de bárbaros cargando contra tropas romanas. Sí, era la inmortal steeler nation la que, tras una primera mitad para olvidar, sentía que sus chicos podían obrar nuevamente el milagro y, decidida como pocas, empujaba -todos a una- con tal fuerza que incluso the golden boy Rodgers temió por su victoria.

miércoles, 2 de febrero de 2011

El amor tiene dos caras



Head or Tail. Cara o cruz. Como el preceptivo lanzamiento de la moneda, acto previo a cualquier partido de la NFL, todo en esta vida tiene dos caras. Y la próxima edición de la Super Bowl no va a ser ninguna excepción a esta regla. Green Bay Packers y Pittsburgh Steelers afrontarán la final de Dallas arrastrando diversos lastres a sus espaldas; pesos muertos de los que liberarse, limitaciones y debilidades que salvaguardar.

martes, 1 de febrero de 2011

A un paso de la gloria













Esencia, tradición, historia, son algunos de los calificativos con los que se puede describir la final de la Super Bowl que tendrá lugar el próximo domingo. Y no es solo que dicho acontecimiento se celebre en la ciudad de Dallas, sede de uno de los equipos más carismáticos de la liga; la entidad de los rivales garantiza una buena dosis de épica; sobre el terreno de juego, dos de los más grandes: Green Bay Packers y Pittsburgh Steelers. Tras cinco meses de encarnizada lucha contra el resto de equipos de la liga y contra sus propias adversidades, asistiremos a un duelo tremendamente equilibrado. Ambos contendientes se saben a un paso de la gloria, tan cercana que casi pueden tocarla con los dedos, tan distante que, para uno de ellos le resultará imposible recorrer tan corta distancia.

sábado, 22 de enero de 2011

Aspirantes a la gloria: Previa finales de conferencia



Agresividad, audacia, resistencia, iniciativa, liderazgo, sacrificio y destreza. Estas son las siete cualidades de la valentía con las que el ejército de su graciosa majestad, victorioso en mil batallas, ha definido el concepto "valentía". No me parece ninguna boutade hacer extensiva esta condición a los equipos finalistas de las conferencias Nacional y Americana quienes, superando todo tipo de adversidades, lucharán mañana por la gloria final. Ya no queda margen para el error o la duda. Pudieron ser otros, es cierto, pero son los que están y están los que son. Sin discusión. La post temporada es como "La Larga Marcha" de Stephen King; una competición en la que, a cada paso, alguien cae para no levantarse jamás. En la que, a cada momento, los competidores se ven más cerca de la meta y al sufrimiento se une el dramatismo; donde la gloria y el fracaso dibujan caprichosas circunstancias. Gloria y honor para ellos, señores. Cuatro nombres de honor. Cuatro aspirantes a la gloria. Sin duda, cuatro valientes, con todas sus letras.

domingo, 5 de septiembre de 2010

La decepción de Matt Leinart



Era un hecho que la retirada de Kurt Warner iba a suponer un duro golpe para los Arizona Cardinals, así ha quedado demostrado solo unos pocos meses más tarde. Si la decisión de liberar a quien se creía que sería su quarterback titular, el californiano Matt Leinart, es o no correcta solo el tiempo nos lo dirá pero, sin duda alguna, se trata de una solución drástica y posiblemente arriesgada. Matt fue el décimo jugador seleccionado en el Draft del 2006, ganador del trofeo Heisman, pero uno tiene la sensación que desde ese momento el jugador creyó que ya había recorrido la mayor parte del camino cuando, precisamente, el trabajo no había hecho más que empezar. Poco a poco fue dilapidando oportunidades, grandes y pequeñas oportunidades hasta, casi sin creerlo, verse "liberado" -mejor dicho cortado-, del roster de la franquicia. Tengamos en cuenta que Matt llegó a Glendale y jugó 12 partidos, lanzando para 2.547 yardas y obteniendo un QBR de 74. 

jueves, 15 de julio de 2010

JASP Tomlin









Hace años estuvo de moda en España una campaña publicitaria para Renault Clio donde se acuñó el término JASP (Joven Aunque Sobradamente Preparado) como deformación del término anglosajón WASP, siglas por las que se definía a un segmento de determinada generación (en este caso algo menos abierto (White, Anglo-Saxon Protestant) que es la definición típica que el estereotipo norteamericano hace del americano medio cuando no sabe como describirse. Pero deberíamos redefinir el concepto si yo os hablara de un tipo llamado Mike Tomlin, copia idéntica del médico negro de House (dato realmente importante, supongo), defensive backs coach de los Tampa Bay Buccaneers a los 29 años, defensive coordinator de los Minnesota Vikings a los 34, head coach de los Pittsburgh Steelers -que no es poca cosa- a los 35 y campeón de la Superbowl XLIII con solo 36 años!.

sábado, 12 de junio de 2010

Epifania


EPIFANIA. Ben Roethlisberger ha visto la luz y quiero suponer que era algo mas que el tipico foco de una television de Pittsburgh. Al parecer, ha caido de rodillas, ha elevado sus brazos al azul cielo del plato y con lagrimas en los ojos, el pelo alborotado y un rostro compungido por el terrible dolor que sacudia su alma, ha emitido un gutural pero sonoro "Mea grandisima culpa". Las cronicas dicen que el QB de Lima (Ohio) eligio el momento oportuno para confesarse ante un periodista declarando que (AVISO, El texto que sigue puede herir gravemente la sensibilidad de los corazones mas impresionables):

sábado, 24 de abril de 2010

No tenemos ni puñetera idea


Casi por casualidad, ayer pasé gran parte de la noche siguiendo la segunda y tercera ronda del Draft 2010. Fue una experiencia nueva para mi, con un seguimiento en directo a través del website de la NFL y también, conectado al facebook, y agradezco desde aquí el esfuerzo y las ganas con las que los compañeros de RadioNFLSpain pusieron en la transmisión, por primera vez en Españan, de dicho evento. Admito que me rendí pocos minutos después de las 3 de la mañana pero por lo que he podido comprobar, ellos aguantaron como campeones!. En la ansiosa espera de ver como Mariano Tovar rasga públicamente sus vestiduras por la elección de Tebow, la conclusión final que hoy puedo hacer del Draft 2010 es cruda, directa y clara: no tenemos ni puñetera idea.

jueves, 22 de abril de 2010

El extraño caso de Roethlisberger y míster Goodell


Poco o nada me ha interesado la vida privada de los deportistas, Soy de los que piensas que me intereso por ellos en función de lo buenos que sean dentro del terreno de juego y nada más. Pero uno se ve obligado, no me atrevería a escribir "forzado" dado el tema que nos ocupa, a comentar la actualidad si esta puede incluso llegar a arruinar la carrera de un deportista de élite como es el caso de Ben Roethlisberger.

domingo, 18 de abril de 2010

Ampliación de la NFL?, el sueño imposible


Durante estas ociosas jornadas uno aprovecha para leer otros blogs -igual o más interesantes que este- y sacar mis propias conclusiones. En uno de ellos se solicitaban más partidos de la NFL para México y de ahí, no sabría explicar cómo ni porqué (que diría mi querido Benedetti), llegué a reflexionar sobre el manido asunto de una hipotética ampliación de la NFL a Europa.

jueves, 15 de abril de 2010

Brandon Marshall; ¿por qué?

Una elección en segunda ronda para el draft de este año y una segunda opcional para el de la edición del 2011. Este es el precio en el que los Denver Broncos consideraron justo el acuerdo de traspaso de Brandon Marshall a los Miami Dolphins. La notícia ha servido, principalmente, para fortalecer a un amigo mío en una de sus más kafkianas teorías: "por muy buen jugador que sea un tipo, la disciplina ante todo".

El asunto es que generalmente conseguía reconducir su enfebrecida mente hasta el camino del sentido común, pero los movimientos de las últimas semanas están consiguiendo ponerme en jaque. Ya no voy a tirar del manido ejemplo del mítico Plaxico Burress y sus "extraños accidentes", pero ¿cómo justificar que los Pittsburgh Steelers se deshagan -por un más que módico "precio"- del siempre problemático Santonio Holmes y que los Denver Broncos se desprendan de uno de sus más destacados WR?.