Una elección en segunda ronda para el draft de este año y una segunda opcional para el de la edición del 2011. Este es el precio en el que los Denver Broncos consideraron justo el acuerdo de traspaso de Brandon Marshall a los Miami Dolphins. La notícia ha servido, principalmente, para fortalecer a un amigo mío en una de sus más kafkianas teorías: "por muy buen jugador que sea un tipo, la disciplina ante todo".
El asunto es que generalmente conseguía reconducir su enfebrecida mente hasta el camino del sentido común, pero los movimientos de las últimas semanas están consiguiendo ponerme en jaque. Ya no voy a tirar del manido ejemplo del mítico Plaxico Burress y sus "extraños accidentes", pero ¿cómo justificar que los Pittsburgh Steelers se deshagan -por un más que módico "precio"- del siempre problemático Santonio Holmes y que los Denver Broncos se desprendan de uno de sus más destacados WR?.