- Hey, hijo de puta!.
Cuántas veces no hemos sido saludados con esta entrañable expresión por uno de nuestros amigos. Utilizar insultos como muestra de afecto es una costumbre extendida por estos lares e intuyo que ocurre lo mismo en el resto del planeta, incluso de la galaxia. pero, ¿qué ocurriría si hoy mismo, al salir del coche, un desconocido nos soltara la misma frase con igual entonación?. Probablemente alguien le cruzaría la cara a alguien, ¿verdad?. Una de las virtudes del ser humano, animal racional, reside en la facultad de interpretar un mismo hecho en función de las circunstancias especiales o condicionantes puramente subjetivos, que influyen en nuestra toma de decisiones.