sábado, 10 de marzo de 2012

All-In

El pasado miércoles, Peyton Manning se despidió de la afición de los Colts con un emocionante speech: "no sé dónde jugaré el próximo año, lo que sí sé es donde he estado // Ha sido un honor jugar para Indianapolis. Quiero dar las gracias a la afición de los Colts por todos estos años". No deja de sorprenderme que estos grandes mastodontes del deporte más profesionalizado del mundo, ya de vuelta de todo, sigan apareciendo ante los micrófonos con lágrimas en los ojos. Me alegra comprobar que algo queda del viejo espíritu que identificaba a aquellos deportistas del pasado con sus equipos de un modo que iba mucho más allá de una fría relación contractual. No todo es cuestión de dólares.




Ni su veteranía, ni su rendimiento, ni las cifras de su contrato hubieran supuesto el más mínimo problema para que Peyton acabara su carrera allí donde la empezó, en la ciudad de Indianapolis. Pero las dudas sobre una posible recaída en esa lesión de cuello que le ha mantenido alejado de los campos de juego durante toda una temporada y, la posibilidad por parte del equipo de hacerse con Andrew Luck quien, según los expertos, es el modelo más cercano a lo que el joven Peyton dejaba ver, actuaron como detonantes. Así que Jim Irsay, tras relevar a los principales responsables deportivos y directivos, ha cerrado la "era Peyton" deshaciéndose del quarterback. Y, aprovechando el viento a favor, ha embarcado a los Colts en uno de los procesos de reconstrucción más radicales que se han visto en las últimas décadas.

En cualquier caso y volviendo al protagonista de este artículo, siempre he dicho que soy más de jugadores que de equipos. Tengo algunas prefencias fijas y otras que, en función de cada temporada, van captando mi atención. Pero siempre me entusiasmo viendo las acciones de las grandes estrellas de la liga o de aquellos que a mi entender pueden serlo. 

Y Peyton Manning ocupa, por méritos propios, una de esas posiciones de honor. La temporada 2011 hubiera sido nefasta si en los registros de la liga hubiera pasado a la historia como la temporada en la que perdimos a dos de los más grandes quarterbacks: Brett Favre & Peyton Manning. Así que dejádme que siga conservando la esperanza de volver a ver sobre un terreno de juego al segundo.

A día de hoy hay pocas cosas que sepamos con exactitud más allá de que se ha abierto la veda para los equipos interesados en "cazar" a este brillante quarterback. Abordemos algunos de los interrogantes relacionados:

LESIÓN. PRONOSTICO DE RECUPERACION.
Todos sabéis que la lesión de cuello que sufrió Peyton Manning requirió varias intervenciones e incluso la búsqueda de tratamientos que, aún hoy, están calificados como "experimentales". Esa lesión debería quedar solventada gracias a la fusión cervical que se le ha practicado. No es que automáticamente me haya convertido en experto en la materia. Pero sí, atendiendo las explicaciones de un profesional de la medicina -amigo mío al que estoy intentando inocular la enfermedad crónica del fútbol americano-, os explique que dicha fusión viene a ser como el establecimiento de un refuerzo de la zona afectada, en ocasiones con la implantación de un injerto óseo esperándo que éste se fusione con el hueso que lo rodea. De esta forma se fortalece tremendamente la zona dañada al tiempo que implica, en condiciones de juego, una hipotética debilitación de las zonas contigüas pues deben soportar más presión. Vendría a ser como los dos extremos de un puente.

Pensando en su carrera como profesional, Peyton asume un tremendo riesgo. Es literalmente imposible pronosticar si su cuello aguantará los golpes que pueda recibir así que, considerando su vuelta, andará literalmente sobre el alambre. Sus vérterbras pueden aguantar perfectamente los tres o cuatro años que le resten como jugador activo o reproducirse su lesión al tercer golpe. Nadie lo puede saber. Así que todas las revisiones médicas a las que sea estos días sometido por parte de los equipos candidatos a contratarle, no son más que meros trámites -ante su propia afición, para exculpar responsabilidades futuras-, dado que únicamente pueden limitarse a verificar el estado actual en cuanto a movilidad y resistencia de esa parte del cuerpo, capacidad de pase y juego, etcétera. Pero quede claro que son inútiles a la hora de valorar las posibilidades de recaída.



RETIRARSE O SEGUIR JUGANDO.
Con semejantes antecedentes resulta complicado explicar las razones por las que Manning ha decidido continuar en activo. A escasos días de cumplir treinta y seis años (24 de marzo) y con tal historial médico, lo razonable sería anunciar oficialmente su retirada. Es difícil pensar que lo mejor de Peyton aún esté por venir. Su carrera está tan plagada de éxitos, registros y marcas que será catapultado hasta un lugar destacado en el Salón de Canton. Así pues, ¿por qué correr tanto riesgo?.

Es algo que todos los que son o han sido deportistas entenderán. La pasión por el juego sigue alimentando el espíritu de Peyton, el empeño por superar obstáculos por infranqueables que estos sean, el no rendirse jamás es lo que empuja a este Qb a seguir adelante. Está convencido de que durante el poco tiempo que le queda como activo, puede seguir haciendo historia, marcar la diferencia y afrontar un nuevo reto. A estas alturas y con el dinero que Peyton ha ganado, entre contratos profesionales y publicitarios, hay que descartar la motivación económica: unos dólares más no justifican su convencimiento en seguir como jugador profesional. Lo vimos anteriormente con Favre y mucho más atrás con un Joe Montana martirizado por una dolencia en su espalda. Pero la voluntad y el pundonor hace posible lo imposible y siempre hemos sabido que esa gente están hechos de una pasta especial.


DESTINO.
Estos días he leído artículos en los que, entre los equipos que realmente necesitan a Peyton con urgencia (MIA, KC, WAS), los que quisieran tenerlo per ven la meta demasiado lejana (ARI, DEN, SEA, CLE, JAC) o los que en otras circunstancias no les importaría contratarlo (NYJ, DAL), la lista de equipos interesados se contaba por decenas. Me parece una exageración que debe servir para ponderar algunas opiniones pero, a la vez, nos muestran una cara -sea de aficionados, entrenadores u organización- de la expectación despertada. En cualquier caso la conclusión es clara. Un Peyton Manning al 70% de su capacidad es, de largo, mucho mejor que la mayoría de los quarterbacks de la liga. Y el interrogante, evidente: ¿puede Peyton Manning jugar al 70% de sus condiciones?.

Personalmente no me preocupa tanto cual sea el equipo por el que acabe firmando como las herramientas que allí disponga. Estoy seguro de que, por la cuenta que le trae, buscará dos claros objetivos: una offensive line que le garantice la protección necesaria y un cuerpo de receptores con la suficiente calidad como para que pueda desarrollar su juego.


CONTRATO.
Peyton Manning es un peso pesado, lo que alguien calificaría como "Top... top". La ley de la oferta y la demanda está funcionando como nunca. Los interesados en contratarle lo saben y ninguno de ellos se ha planteado su fichaje en términos inferiores a los que se merece. Otra cosa es que, con las lógica incertidumbre respecto a su continuidad a corto plazo, quieran asegurarse que cada centavo invertido sea bien gastado.

Plazo.
Así las cosas intuyo que su decisión no se hará esperar ni se prolongará en el tiempo, el tema debería zanjarse con cierta prontitud. Los compradores quieren volver a casa con su nuevo juguete y poner en marcha esa maquinaria propagandística que les permita empezar a rentabilizar la inversión. Contratos publicitarios, atención mediática y, sobretodo, merchandising. El vendedor, garantizar su futuro y centrarse con un claro enfoque.

La analogía más próxima que se me ocurre es comparar la atención mediática que The Decision de LeBron James acaparó aunque, por vergüenza ajena estoy seguro de que esta será menos circense. Hay aún un punto de seriedad en la NFL.

Condiciones.
El sentido común indica que la propuesta de contrato deberá incluir un bonus por firmar -el caramelo- y unas cantidades bastante parecidas a las que el mercado fija para esta categoría de quarterback pues un Peyton Manning en plenitud de condiciones no es ningún saldo. Eso sí, el pago estará sujeto a toda una serie de cláusulas y garantías que necesariamente vincularán desembolso con estado físico, incluso resultados. Obviamente los intereses del jugador tensarán la cuerda hacia el otro extremo pero, siendo el planteamiento común en todos los equipos interesados, es difícil imaginar que nadie decida lanzarse al vacío sin la oportuna red de seguridad.


FILOSOFIA DEL FICHAJE.
Se discute mucho el planteamiento que puede llevar a un equipo a arriesgar su suerte en un quarterback de este nivel pero con sus innegables antecedentes médicos y, lo que es más preocupante, la recuperación hipotética que pueda alcanzar y los riesgos de recaída. En este punto debemos diferenciar claramente los Pros y los Contras.

PROS
1. Dinámica. Cuando uno incorpora a Peyton Manning espera que, tal y como sucedió en los Colts, el jugador por sí mismo cambie la dinámica del equipo y lo convierta en un candidato a cualquier meta.

2. Beneficios Económicos. No solo hablamos de acaparar una atención mediática que a estas alturas se garantiza sino de rentabilizar el fichaje en la cuenta de pérdidas y ganancias del equipo.

3. Estabilidad. Disponer de uno de los mejores quarterbacks de la liga permite al equipo por un tiempo "X" reforzar otras posiciones sin la presión de un resultado negativo en posición clave.

4. Planificación. Al contrario de lo que algunos piensan, el mejor trabajo de formación de un quarterback no es exponerlo a la trinchera sin otra preparación. Así, la contratación de Peyton puede permitir el trabajo en la sombra de quien sabe que será su substituto a corto plazo.

CONTRAS
1. Equilibrio Deportivo. Los éxitos de un equipo no pueden pasar únicamente por la simple contratación de Peyton Manning. Ahora más que nunca hay que disponer de un roster equilibrado, con buena OL que proteja al Qb y condiciones para desarrollar un buen ataque áereo. Además, la defensa debe ser también eficiente a fin de no agotar a la ofensiva.

2. Edad. Los 36 años que Manning tendrá cuando inicie la temporada lo convertirán en uno de los Qb's más veteranos de la competición. Factor suficiente como, en circunstancias normales, esperar que su juego acuse los achaques de la edad. Así que, por simple biología, el rendimiento podría no ser el esperado.

3. Alto Coste Salarial. Peyton Manning tiene un valor y, como sabemos, un precio (que no es lo mismo). Así que hay que considerar el impacto sobre el Salary Cap que tendrá Peyton en cualquier equipo. Este factor juega inversamente contra las posibilidades de nuevos fichajes del equipo en función de ese máximo salarial.

4. Riesgo Constante. Nadie puede preveer si la aventura de Peyton no pueda encontrar su fin apenas iniciada la competición. Y esa circunstancia dejaría al equipo casi en peor estado que en el que se encontraba anteriormente. Convivir con esa inseguridad será obligación.

A partir de aquí, cada uno debe juzgar si en su caso, o para su equipo, pujaría por Peyton Manning. Como espectador he podido comprobar que no hay nada más desolador que finalizar una brillante carrera por culpa de una lesión aunque, para qué negarlo!, desearía poder disfrutar de su juego por algún tiempo más.

1 comentario:

  1. Excelente artículo y sí sería una pena ver a Peyton decir adiós. Él no tiene nada que probarle a nadie y si regresa es como él dijo porque ama lo que hace, ojalá todos pudiéramos amar lo que hacemos... ojalá él pueda seguir haciéndolo.

    ResponderEliminar