¿Como explicarle a una estrella de la NFL que para conquistar un titulo, el no debe ser el mejor?. Ese, entre otros, ha sido el gran merito de Sean Payton y su séquito de colaboradores (Pete Carmichael, Jr. como coordinador ofensivo y Joe Lombardi, entrenador de quarterbacks -y nieto de Vince Lombardi, asi cualquiera!-).
Porque, mejoras en la defensiva al margen, lo que ha llevado a Drew al Monte Olimpo de la NFL no han sido sus grandes números sino sus excelentes actuaciones: hoy el QB de Texas es un mariscal de campo cuya valoración es la mejor de toda su carrera (en las 5 ultimas temporadas: 89.2 - 96.2 - 89.4 - 96.2 y 109.6) y eso no se logra lanzando mas lejos y mas veces sino justamente al contrario: mejorando el % tanto de pase (ahora mas de un 70 cuando antes no llegaba al 68%), como de touchdown (6.6 contra porcentajes menores al 5.5).
Drew Brees debe, Drew Bress tiene que haber aprendido que hay mas beneficios en mirar al cielo como campeón de la Superbowl que no en acostarse tras cada partido sabiendo que has sido el mejor QB del fin de semana. La diferencia es tan simple como la distancia que existe entre la temporada pasada (últimos de grupo 8-8) y esta (campeones 13-3).
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