miércoles, 9 de noviembre de 2011

Capitán, rumbo Norte!


Una de las mayores críticas que la lesión de Peyton Manning hizo aflorar fue, a juicio de algunos, la excesiva especialización en la que los Indianapolis Colts basaron todo su plan de juego. Se dijo que el sistema de ataque de los The Horseshoes dependía del máximo aprovechamiento de las virtudes de Manning y, por esa razón, con la baja de éste, el equipo quedó descabezado. Para mí eso no tiene nada de malo. Si tienes a uno de los mejores quarterbacks de la historia, ¿qué mal hay en adaptar, lo máximo posible, el equipo a sus características?. De hecho si eso no hubiera sucedido, habrían dejado en el cajón un potencial sin explotar. Y eso sí hubiera sido un error imperdonable.


El paso de los New England Patriots por esta liga está siendo algo caótico. Empezaron la regular season encabezando todos los Power Rankings en reñida lucha con los Packers y superando, con un excepcional juego de ataque aéreo a los Miami Dolphins (38-24) y a los San Diego Chargers (21-35). Cada encuentro suponía un diluvio de números ofensivos y Tom Brady amenazaba con aniquilar cualquier estadística de yardas de pase, touchdowns de pase y otras tantas marcas. El mundo les sonreía, los pájaros cantaban y los aficionados babeaban imaginando una final entre ellos y los Green Bay Packers.


El primer toque de atención llegó tras su derrota ante los Buffalo Bills por un ajustado 31-34. En ese momento las críticas que hasta ese momento iban apareciendo con cuentagotas, arreciaron públicamente contra Bill Belichik en base a dos ideas: una defensa no dominante -particularmente débil en su secundaria- y la inexistencia de una amenaza en su juego terrestre. Y contagiados por la frustración de la derrota, muchos apasionados se subieron al carro hasta convertir en necesidad la introducción de cambios. Esos argumentos, sólidos e incontestables, saltaron los muros de la particular Fortaleza de la Soledad de Bill y sembraron en él una duda razonable. A partir de ese momento el juego de los Pats empezó a variar de forma evidente. La imagen que los chicos de Tom Brady proyectaron sobre un terreno de juego cambió. Sus drives eran más largos y el juego "a la mano" tomó mayor protagonismo. En Oakland superaron a los locales (31-19) y en el Gillette Stadium triunfaron sobre Jets (21-30) y Cowboys (16-20). Pero las cosas no apuntaban a grandes éxitos y tras su semana de Bye los New England parecen ausentes, sin fuerzas y con nula capacidad de infundir temor entre sus oponentes. Hoy los Patriots aparecen como equipos asequibles para la mayoría de rivales. En menos de quince días han contado sus partidos por derrotas, frente a Steelers (17-25) y Giants (24-20).

Boston debe conservar la calma. El barco de los Pats se ha visto inmerso en una tormenta y amenaza con perder el rumbo. Creo que es el momento idóneo para que Bill revise sus cartas naúticas, consulte la brújula y ordene a su timonel Brady que reoriente la nave con rumbo Norte. No hay nada que reprocharle. Sabedor de las deficiencias del equipo, modificó la estrategia pensando que podrían adaptarse y progresar. Todos creímos que la metamorfosis era posible. Los resultados, el juego y las sensaciones que los Patriots transmiten no van en ese sentido aún cuando la diferencia entre estos New England y los Pats de hace un año es de una única victoria (6-2 en el 2010 por 5-3 en esta edición).

Hoy me planteo algunos interrogantes. ¿Que el juego de ataque de los Patriots era desequilibrado y excesivamente volcado en los pases?. ¿Y?. ¿Que su defensa flaqueaba?. Sí, como en los últimos años. ¿Dónde está escrito que el campeón de la NFL deba ser el equipo con mejor ataque y la defensa más eficiente?. ¿No recordamos que el Super Tazón ha sido levantado por formaciones como los Indianapolis Colts o los New Orleans Saints?. ¿Acáso alguno de los seguidores de esas dos franquicias andan hoy maldiciendo aquellas débiles defensas?. No. A la vista de las últimas semanas, los Pats deberían retornar a aquello que mejor se les da; esto es, "anotar más que el rival y ganar partidos". Y si eso supone batir e récord de yardas de pase durante veinte partidos consecutivos y hacer de cada encuentro un festival de bombas, big plays y Hail Marys, pues adelante!. Ya llegará el momento de replantear estrategias, prioridades y jugadores. Bill mejor que nadie sabe que para triunfar en una temporada no es necesario "ser el mejor en todo". Basta con ganar o es que ¿alguien ve a Mike McCarthy alterando su plan de juego porque su equipo es el que más yardas encaja?.

Capitán, mande rumbo Norte.

2 comentarios:

  1. tienes toda la razón Jordi. BB tendría que dejarse de experimentos. Esos cambios solo nos han hecho mas debiles. Volvamos a jugar como sabemos y recuperemos el lugar que nos pertenece de una vez

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