Ampliación de la NFL?, el sueño imposible

Durante estas ociosas jornadas uno aprovecha para leer otros blogs -igual o más interesantes que este- y sacar mis propias conclusiones. En uno de ellos se solicitaban más partidos de la NFL para México y de ahí, no sabría explicar cómo ni porqué (que diría mi querido Benedetti), llegué a reflexionar sobre el manido asunto de una hipotética ampliación de la NFL a Europa.

El tema no es nuevo. Recuerdo a Andrea Zanoni expresar su confianza en que, a medio o largo plazo, "la organización" acabara autorizando una nueva franquícia, con total seguridad, para Londres con sede en Wembley (quizá el retorno de los London Monarchs?). Hay varios factores que explicarían esta afirmación:

1. El éxito continuado de público que se registra en el partido anual de temporada regular.

2. El éxito de seguimiento de la World League of American Football (WLAF).

3. La potencia del mercado económico que Gran Bretaña puede ofrecer a este negocio.

4. La afinidad cultural que el país mantiene con los EEUU.

Claro que desde la vecina México, los postulados que he podido recoger, tampoco desentonan en la contundencia de sus peticiones:

1. Cercanía geográfica: sería fácilmente incorporable una franquícia dada la proximidad de los Estados Unidos.

2. México ostenta una de las más altas asistencias en un partido de football (alrededor de 100.000 espectadores).

3. El factor cultural no sería un factor del todo desfavorable dado el alto grado de penetración de los Estados Unidos en la capital federal.

4. El interés que el comisionado Roger Goodell ha manifestado públicamente en llevar más partidos NFL a México D.F.

No quisiera ser aguafiestas pero francamente creo que estamos muy, muy lejos de ver crear una nueva franquícia fuera de territorio norteamericano. Los condicionantes negativos son múltiples: en la NFL aún no han olvidado el fracaso económico de la WLAF y de NFL Europe (proyecto que se cerró con la pérdida de treinta millones de verdes dólares por temporada). Y por lo que respecta a México, aguardan que alguien con una tarjeta de la NFL aparezca por sus calles desde el 2005...

También hay que poner en cuestión las cifras de asistencia a una temporada regular; sería de esperar un Wembley a rebosar tan pronto como la afición se identificara con los colores locales pero, ¿qué pasaría una vez se comprobara que el curso del equipo no fuera el esperado?. 

Por último, tampoco creo que la afición europea se volcara con un equipo de las Islas Británicas; desengañemonos! no somos tan "abiertos" como para sumarnos, alemanes y españoles, a un proyecto de la "pérfida Albión". Incluso, aunque sea para cerrar este artículo, la consabida crisis hará que los gestores de la NFL prefieran, de todas todas, concentrarse en la explotación de áreas de negocio domésticas (el gran mercado de Los Angeles) que no embarcarse nuevamente en un proyecto "europeo" más incierto que el futuro del head coach de los St. Louis Rams. Y el mercado mejicano, ¿a qué público potencial puede dirigirse?, importante sin duda, limitado, también.

Así es que aquí y ahora que prefiero no ilusionarme con castillos en el aire y recordar con mi mejor sonrisa aquella imagen grabada en mi mente esa calurosa tarde del 1 de agosto del 93, cómodamente sentado en la grada del Estadi Lluís Companys de Barcelona, inundado de palomitas de maíz disfrutando del espectáculo que ofrecieron sobre el "verde tapete" (lo siento, no lo he podido evitar), los 49ers y Steelers luchando por la American Bowl.