jueves, 5 de agosto de 2010

Carta abierta a Favre



Estimado Brett,

Te escribo esta carta abierta mientras aún distraes tus días divirtiendote en compañía de unos chavales del equipo de fútbol americano del Oak Grove High School. Es sorprendente, pero a la vez descriptivo, el contraste entre la aparente calma que a buen seguro te ofrecerá la paz de ese campo de prácticas, colaborando en las labores más básicas como si fueras un simple entrenador de instituto, con la tempestad que, en tu nombre, sacude el mundo NFL. Nunca han sido buenos tiempos para las grandes estrellas del deporte, aquí en Europa o allá en los Estados Unidos, en mayor o menor medida, una multitud de aduladores y otra más de detractores suelen acompañar a aquellos que demuestran una buena dosis de genialidad y tu caso no ha sido ninguna excepción, todo lo contrario!. Es cierto y nadie puede ni debe negarlo que en el pasado has cometido ese tipo de errores que jamás hubieran tenido que suceder, pero en el pecado está la penitencia y, a fe de Dios, que la deuda ha sido pagada con creces.

En las últimas horas has sido objeto de burla, insultado, menospreciado y se te ha faltado al respeto. Periodistas, seguidores, compañeros de profesión o la NFL como organización; todos ellos han preferido dar por cierto algo que nunca superó la categoría de rumor. Incluso tu propio equipo, demostrando una incompetencia manifiesta, un pésimo estilo y una clamorosa falta de consideración, a lo único que ha llegado ha sido a ofrecerte más dinero por continuar, como si ese fuera el problema!. Tu lacónico "it's not about the money" tendría que quedar grabado por siempre en la puerta del despacho de Rob Brzezinski sorpresivamente aún gerente de la franquícia.

Si esta carta llegara a tus manos y pudiera ofrecerte algún consejo, mal que me pese te pediría sinceramente que te retiraras. Sé que no es el "momento perfecto" que hubieras elegido, sé que durante algunos meses seguirías pensando que el destino te escatimó esa última temporada, esa Super Bowl postrera que el deporte te debe desde hace años. Sé que tu mente sigue visualizándote ese último y arriesgado pase contra los Saints pensando que esa no debería ser la última imagen que de ti recordásemos y, conociéndote como se puede conocer a alguien como tú, afirmo que tus venas arden en deseos de borrar ese rastro de la única forma que sabrías y podrías hacerlo: con uno más de tus clamorosos éxitos. A buen seguro que la propia épica del deporte que tanto te ha acompañado esperaría que retornaras a los Vikings, recuperado o no de tu tobillo para, semanas o meses más tarde, caer lesionado de gravedad. Sin duda la fotografía de esa salida en camilla daría la vuelta al mundo NFL y la hoguera de las vanidades que envuelve el deporte sonreiría satisfecha ante la dramática visión de uno de sus hijos predilectos ofrecido en sacrificio sobre el altar de la historia de este espectaculo. Algunos piensas que los futbolistas, como los rockeros, deben "morir" en el terreno de juego, dando hasta la última gota de sangre, hasta el último aliento de sus fuerzas, hasta que la extenuación les parta el espinazo, apartándoles para siempre del sueño que de adolescentes tuvieron: jugar a fútbol americano.

Pero Brett, los que amamos este deporte y hemos sido subyugados bajo el resplandor de tu juego creemos que ya han sido demasiadas las batallas que has librado como para que ahora todo dependa de lo que ocurra las próximas semanas. Y sabe todo el mundo que daría la mitad de todo lo que tengo por verte una temporada más tomando el timón del equipo de Minneápolis, colocándote tu helmet, ajustándote el cierre, mirando a través de tu línea buscando la debilidad del rival y resolviendo la situación de la única forma no prevista por ningún entrenador, pero también creo  -creemos los que te queremos-, que ya es suficiente. Como dice la canción, querido Brett:


It's been a long time since we laughed together
It's been a long time since we cried, since we cried
Raise your glass to the comrades we've lost
My friend it's been, it's been a long, long, long time, yeah

8 comentarios:

  1. totalmente de acuerdo, excelente, magnifica, entrañable y emocionante carta. felicidades al autor.

    ResponderEliminar
  2. Deveria retirarse si, pero porque ya estamos hartos de tanta comedia... fueraaaaaaa!

    ResponderEliminar
  3. EStoy de acuerdo con el autor, Favre a pesar de todo no se merece el cachondeíto

    ResponderEliminar
  4. Yo creo que todo este circo no se lo merece, tanto la NFL.com como ESPN se han pasado tres pueblos en el tratamiento de la información.

    Anónimo si la gente estuviera cansada de tanta comedia, no habrían corrido ríos de tinta (en este caso pantallas de pc) por todo lo que envuelve a Favre.

    Favre a día de hoy es noticia, nos guste o no, pero lo es. Ojalá que vuelva o que se retire definitivamente, pero de una manera digna como se merece uno de los mejores QB del football moderno.

    ResponderEliminar
  5. Pues muy bien dicho Ginés, por esa razón y lamentándolo mucho, yo pedía que se retirara, para pagar con dignidad tanta locura desatada.

    ResponderEliminar
  6. Qué tal, Jordi. Soy Mariano Tovar, recibí la carta en mi correo y me encantó, pero he preferido decírtelo en tu blog.

    Pero no, ni de coña, no debe retirarse. Favre sí que debe morir sobre las 100 yardas, exprimido hasta la última gota, consumido por el football. Y da lo mismo que termine, como le sucedió a Marino, con una derrota abismal y humillante, con una sucesión de intercepciones o con una salida en camilla que pueda dar la vuelta al mundo.

    Yo quiero que Favre siga porque quiero verle coger el balón, mirar a la izquierda mientras pasa a la derecha, esconder la pelota en el play action como ningún otro jugador lo ha hecho nunca, celebrar cada jugada con la alegría sincera de quien ama un deporte por encima de cualquier color, hacerme descubrir, partido tras partido, que el football es un arte.

    Y en mi egoísmo me da lo mismo que termine arrastrándose, cosa que nunca sucederá, porque en algunos dioses el talento está por encima de las fuerzas. Cada minuto que Favre pase sobre el campo será un regalo impagable, cada intercepción un pase completo al contrario, cada golpe un momento único.

    Favre se dejó placar por Strahan para que éste consiguiera el récord de sacks en una temporada, ha mejorado el juego de cada compañero que ha tenido y ha elevado la moral de cada vestuario en el que ha residido. Favre ha convertido en ganador todo lo que ha tocado, Favre no necesita entrenar para provocar milagros.

    Todos los que le critican por amagar retiradas, por no presentarse en los campus obligatorios, por lo que dice, por lo que hace, por lo que celebra, por lo que es… ¡Todos son unos tipos ridículos! ¡Han tenido la suerte de vivir en una época inolvidable en la que los dioses del Olimpo se vistieron con casco y coraza y no se han dado cuenta!

    Y punto.

    ResponderEliminar
  7. Mariano, muchísimas gracias por tu comentario, me ha alegrado recibirlo, el tiempo que has dedicado en la respuesta y, claro está, las palabras que Brett te inspiran. Solo los grandes son capaces de hacer brotar algo tan especial. Finalmente espero, como tú, una última temporada, un último regalo. De nuevo, agradecido amigo!.

    ResponderEliminar
  8. Tienes toda la razon, sobre el caso en cuestion de Favre. Te doy mi enhorabuena por este humilde y a la vez grandioso blog sobre el deporte que nos roba horas de sueño los fines de semana.

    ResponderEliminar