miércoles, 19 de mayo de 2010

Fly over, quien da mas

Durante un partido de NFL hay muchos momentos álgidos: el kick off de inicio del partido, ese touchdown in extremis ganador o la interceptación que sentencia el encuentro. Pero si de buscar instantes de máxima excitación se trata -y el post hoy va de eso-, uno no debe sorprenderse al leer que con la misma importancia o más debemos considerar el momento en el que se entona The Star-Spangled banner (himno de los EEUU) con la consabida pasada rasante sincronizada con las últimas notas. Decía el mítico Roy Mcavoy (sí, el personaje protagonista de la película Tin Cup) que cuando se estrellaba, él lo hacía a lo grande; serviría la definición para aplicar al conjunto de americanos: siempre a lo grande, tanto en las victorias como en las derrotas. Y quizá de eso se trate al vincular este tipo de ceremonias: im-pre-sio-nan-tes (por si alguien tiene dificultades con la separación de sílabas).


Lo cierto es que desde aquí tenemos pocas oportunidades de contemplar semejante espectáculo, menos de lo que yo quisiera; pero es que yo soy raro de narices y me encantan estas cosas. Sé que cometeré algún tipo de pecado mortal al confesarlo pero lo primero que me enganchó de las retransmisiones deportivas de este tipo, hace ya más de 20 años, fue lo del himno (el cual me aprendí y canto a grito pelado en cada edición de la Superbowl) y los fly overs (que indefectiblemente me catapultan de la butaca). Solo los que hemos presenciado este tipo de exhibiciones en directo sabemos de la mezcla entre asombro, temor y excitación produce la llegada de estos artefactos, a toda leche y a pocos metros por encima de nuestras cabezas y, sobretodo, del acojone que su potencial poder proyecta sobre el populacho; uno al final ya no sabe si la gente grita de placer o de terror pero es parte del espectáculo!; incluso hay auténticos enfermos del fly over que acuden a las zonas próximas a los estadios para disfrutar únicamente del espectáculo:



La misma pasada desde otra posición, barriendo los tejados!!!!:



El caso es que nada en esta vida es fácil y ejecutar una maniobra de estas tiene su complicación. Hay que planificar previamente la ruta que se seguirá, tomar unas referencias visuales para la localización del estadio (ayudas de navegación al margen) y, lo más difícil, hacer aparición de un modo sorpresivo y justo a tiempo: ni antes, ni después. Y aquí es donde viene el punto más complicado: basta que quien canta el himno se atrase o adelante, o en una repentina inspiración decida variar el tiempo de ejecución de la pieza para que la aparición de las aeronaves pase a deslucir completamente el momento. En cambio, una sincronización perfecta entre himno y fly over es lo más semejante a un final apoteósico en una película de la Metro Goldwyn Mayer!. Como muestra un botón y dos ejemplos de lo que comento: En el siguiente video la ejecución del fly over es perfecta y el resultado, ensordecedor!:



Acojonante fly over por parte de los helicopteros Chinooks sobre el estadio de Hawai, llegan un poco pronto pero su aparición es sobrecogedora!:



Por desgracia los espectadores de este partido no tuvieron tanta suerte y el deslucimiento salta a la vista (demasiado pronto chicos!):



Muuuuuy prontooooooo!!!!!:



Noooo, noooo, muy tardeeeee!!!!:



Si te interesa el tema puedes encontrar una magnífico mini-reportaje aquí.

2 comentarios:

  1. Cuando lo cuadran es brutal pero cuando llegan tarde dan un poco de pena

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