Han querido jugar -incluso lo han logrado-, al soccer, al boxeo, a la lucha libre, al softball o al golf. Algunos han peleado con serpientes. Han sido detenidos por la policía, se han excedido con la bebida, con la cocaína, con la marihuana y con todo tipo de substancias psicotrópicas. Han participado en concursos de baile de televisión. Han rescatado a niños en peligro. Han conducido con imprudencia, han enviado caros anillos de compromiso y les ha costado un mundo recuperarlos tras una negativa. Han vuelto a ser detenidos por la policía. Han sido apuñalados por su pareja y luego lo han negado. Se han estrellado con caros coches de lujo. Han salido de la cárcel o han entrado en ella. Han violado su libertad condicional o han sido sancionados con todo tipo de multas. No han querido pagar lo debido en joyerías. Se han dedicado con pasión a disfrutar de la familia o han vivido rodeados de todo tipo de excesos. Ante su asombro, la policía les ha detenido. No han movido un dedo en todo el año o han participado en sesiones privadas de entrenamiento. Se han declarado en rebeldía, han forzado un traspaso, han pedido más dinero o han salido del club con el playbook bajo el brazo y sin tener ninguna relación contractual con la franquicia. Han demandado a la NFL y han participado en la mesa de negociación. Y lo que no sabemos de ellos!.
Pero hoy empieza una nueva semana. Y parece que el acuerdo está tan próximo que casi podemos tocarlo con la punta de los dedos. La fiesta terminó!. We Want Football!.
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