martes, 26 de julio de 2011

Y este cuento se acabó


El lockout 2011 ya es historia. Lo confirmó Roger Goodell al expresar que "football is back", lo reiteró DeMaurice Smith con "el fútbol americano está de regreso" y lo ratificó Robert Kraft con una conciliadora declaración para los fans, "en representación de ambas partes querría pedir disculpas a nuestros aficionados, durante los últimos cinco o seis meses solo hemos estado hablando del negocio del fútbol y no de lo que sucedía sobre el terreno de juego". Si el pasado jueves los propietarios adelantaron a todos por la derecha al aprobar la propuesta del nuevo convenio de forma mayoritaria -31 votos afirmativos y una abstención de los Oakland Raiders-, ayer el CBA era oficialmente aceptado por los jugadores. La decisión fue pospuesta 72 horas para estudiar con detalle el documento y, en su caso, aclarar las dudas que pudieran surgir. Es algo comprensible cuando uno va a firmar un  compromiso donde se define la fuente de sus ingresos de la próxima década.



No ha llegado a la categoría de pesadilla. No han habido tintes dramáticos, pero el lockout se ha prolongado lo suficiente en el tiempo y ha sido lo suficientemente desagradable como para que no nos queden ganas de repetir esta experiencia otra vez. Y aunque la lectura válida debería ser que, con tiempo y predisposición es perfectamente posible llegar a un acuerdo con beneficios para ambas partes, lo único que tanto jugadores como propietarios analizarán no será la vía, sino el resultado. Por tanto, el mundo de la NFL se ha curado de esta enfermedad llamada lockout, pero no ha quedado vacunado. La historia de este lockout y posterior resolución ha seguido, con precisión meridiana, los pasos que definidos en cualquier manual: postura de fuerza, bloqueo, medidas de choque y finalmente, negociación directa, predisposición en llegar a un acuerdo, ganancia por ambas partes y cierre. Los que leen este blog con asiduidad recordarán cómo anticipamos el problema y cómo definimos con exactitud la forma en la que debía de resolverse el conflicto. Incluso cuando la mayoría empezaba a entregarse al noble arte de describir los más horrendos panoramas, mantuvimos nuestra fe, no sólo en la celebración de una próxima temporada sino también en que ésta se desarrollaría íntegramente. Desgraciadamente los aficionados de la NBA no pueden ser tan optimistas.

El tema es interesante, pero farragoso y el detalle de los acuerdos y su repercusión práctica aparecerán en los próximos días. Así que un breve resumen bastará para tener una buena visión de conjunto:

- Los propietarios consiguen un incremento de 5 puntos porcentuales en la participación de los ingresos totales, pasando del anterior 42% al 52%.
- El tope salarial (salary cap) será de 120 millones de dólares.
- Se eleva el gasto mínimo al 90%.
- Se establece una limitación para el primer contrato de los rookies, esta medida afecta especialmente a las selecciones más altas del Draft.
- Se reduce la comisión de los representantes, en contratos de novatos, de un 3 a un 2%.
- Se permite una ampliación de plantillas hasta 90 integrantes que deberá ser reducida durante el mes de agosto a las cifras normales en compensación por los retrasos de agenda.

Está claro que el nuevo tope salarial será, conjuntamente con las necesidades deportivas de cada equipo, la adrenalina que excite el vibrante periodo de traspasos, altas y bajas que viviremos en las próximas semanas. Nos esperan unos días verdaderamente apasionantes. Los staffs técnicos y ejecutivos, a estas horas, deben de estar entregándose a todo tipo de cálculos y valoraciones. El ajuste presupuestario obligará a un número indeterminado, pero considerable, de equipos a deshacerse de algunos jugadores que hasta la fecha veían su continuidad asegurada. Reggie Bush (NO), Bernard Berrian (MIN), Nate Clemens (SF), Nick Barnett (GB), Albert Haynesworth (WAS), entre otros, podrían ser los primeros afectados. Como buen ejemplo de ello, los Baltimore Ravens habrían avisado a Willis McGahee, Kelly Gregg, Derrick Mason y Todd Heap que serán cortados en los próximos días, en algunos casos para renegociar un nuevo contrato a la baja, en otros como punto final a su relación.

Y es que, aunque todos los equipos están por debajo de los ya famosos 120 millones, el margen de maniobra necesario para afrontar el periodo de libre mercado puede no ser suficiente para algunos de ellos. Tampa Bay Buccaneers (59,2M), St. Louis Rams (35,6M), Kansas City Chiefs (34,3M), Jacksonville Jaguars (31,4M), Cleveland Browns (33,3M), Cincinnati Bengals (35,9M), Chicago Bears (37M), Carolina Panthers (30,6M), Buffalo Bills (35,9M) y Arizona Cardinals (37,3M) serían los que partirían con un colchón más amplio. En el otro extremo de la balanza, los más apurados son Green Bay Packers (62.600 dolares), New York Jets (1,2M), Denver Broncos (1M), Minnesota Vikings (5,1M), Indianapolis Colts (2,7M) o los anteriormente referidos Baltimore Ravens (5,33M), estarían entre los que previsiblemente pueden empezar a soltar lastre.



Al margen de lo comentado y con un aire más distendido, no quisiera finalizar este artículo sin acordarme del propietario de los Cowboys, Jerry Jones quien, en un golpe de genialidad, describió el grado de detalle con el que se afrontó el tramo final de las negociaciones con un expresivo "estamos capando mosquitos", grande!. También, alabar la figura de ese "informante anónimo" que ha sido lo más parecido que he visto en mi vida a Radio Macuto. Cada noticia que saltaba a los medios era precedida del consabido párrafo en el que se aludía al "informante anónimo que no ha querido identificarse ya que todo lo hablado está sujeto al secreto de las conversaciones". Pues menudo secreto ha sido este que nos ha permitido seguir, día a día, hora a hora, lo que se estaba pactando!. Quizá los más cándidos crean en él. Yo personalmente estoy convencido de que no era más que una de esas tácticas que la organización ha utilizado para tranquilizar a los aficionados de la NFL y así evitar que rememorásemos, todos juntos, aquel asalto a la Bastilla. Y por último, cómo no, glosar de nuevo la figura de ese juez de la Octava Corte de Apelaciones de St. Louis, su señoría Kermit Edward Bye que, como el buen maestro, supo poner fin a una riña de niños malcriados, sentándoles a la mesa y abriendo el camino de lo que hoy podemos empezar a disfrutar. Thanks míster Kermit!.

Amenazas, pleitos, declaraciones intempestivas, abogados, jueces, sentencias, apelaciones, recursos, presupuestos, ingresos, beneficios, dimes y diretes, todo convertido en humo. Ahora es cuando descubrimos que debajo de eso siguen ardiendo las brasas de la NFL. Dejémonos ya de tonterías. Que empiece el espectáculo!. Bienvenidos a una nueva temporada de Fútbol Americano!.

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