domingo, 3 de julio de 2011

Sin perdón


El 1 de julio Nike anunció la firma de un contrato de patrocinio con uno de los quarterbacks que mayor sensación causaron la temporada pasada. Me refiero, claro está, al Qb de los Philadelphia Eagles, Michael Vick. En condiciones normales, la noticia sólo ocuparía una breve reseña dentro de la actualidad de la NFL. Pero esta mañana leo en Footballnewsnow que se ha puesto en marcha a través de Facebook una campaña, alentada por las actrices Sophia Bush (One Tree Hill), Kaley Cuoco (Big Bang Theory) y Jenna Dewan (The Playboy Club), animando al boicot de Nike y de cuantas empresas presten apoyo al citado quarterback. Y es que no son pocos los que no olvidan que, en su día, Vick crió y entrenó a pitbulls para luego organizar peleas de perros clandestinas -torturas y sacrificios incluidos-, delito por el cual tuvo que dejar el fútbol profesional, siendo condenado y cumpliendo una pena de 23 meses en la prisión federal de Leavenworth.


El dilema que se plantea no es nuevo y, de hecho, viene repitiéndose temporada tras temporada. Recuerdo haber tratado un asunto parecido no hará más de un año a raíz de los excesos de Roethlisberger. Y ya os anticipo que como dueño de un fantástico perro llamado Hasselblad (ver foto), el quarterback en cuestión no puede despertarme ninguna simpatía personal. Todo lo contrario.

Pero lo que hoy está en cuestión no es sólo la libertad de una empresa en patrocinar a quien le venga en gana, ni el derecho de los consumidores a mostrar su queja, sino la capacidad de la sociedad por reintegrar a aquellos individuos.

Sabemos que la sociedad se sirve de la "justicia" para juzgar y en su caso, condenar a quien haya cometido algún delito. En el campo teórico, en la mayoría de países "civilizados" se considera que el objetivo de la pena no es el del castigo sino el de la reintegración a la sociedad y a sus normas. Incluso en aquellos lugares donde la pena tiene condición de castigo no existe ninguna voluntad de que éste siga teniendo efectos más allá del punto en el que queda cumplida la sentencia. Por tanto, cualquier ser humano que ya "haya pagado su deuda" con la sociedad, debería ser merecedor de los mismos derechos que el común de los ciudadanos.

A un lado están los que consideran que el deporte profesional tiene una obligación añadida; servir como ejemplo y modelo a seguir por parte de los más influenciables: los niños. Y que en ese sentido, aunque Vick ya haya recorrido el duro camino penal hasta sus últimas pulgadas, aún así, no puede ser tomado como modelo de nada.

En el otro se sitúan los que toman Michael como un ejemplo de lo que debe ser un ciudadano que, habiéndose comportado de forma inmoral, admite su culpa, paga por ella -un alto precio- y se rehabilita. Además, en los últimos meses se ha distinguido por patrocinar actos públicos en defensa de los animales. ¿Qué mejor lección para todos?.

La verdad es que supongo que debe ser difícil elegir entre una postura u otra. Personalmente apuesto por la oportunidad, que todos debemos tener, de redención. Sino podemos confiar, una vez más, en el arrepentimiento de alguien, ¿cuánto tardaremos todos en ser víctimas de este criterio tan riguroso?.

3 comentarios:

  1. El eterno debate. Las leyes, mejores o peores, están para acatarlas. Y como siempre habrá gente a favor y en contra de las mismas. Nos podemos tirar con este tema toda la vida. Desde el día que Goodell le introdujo de nuevo en la liga de para mí se convirtió en un deportista más dentro y fuera del campo.

    Otro apunte es que sí que creo que gente como Vick pueda ayudar a los niños, él sabe lo que es haber cometido un error en su vida y lo arrepentido que está de ello. Los niños no deberían conocer solamente lo que les pasaría en el caso de ir en el buen camino, sino también lo contrario.

    Un saludo Jordi.

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  2. Sólo una puntualización "legal": en los USA el que va a la cárcel lo hace para PAGAR por lo que ha hecho y les importa poco lo dura que sea su estancia allí mientras que en España el objetivo no es únicamente que pague por lo que ha hecho sino la reeducación y reinserción social.

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  3. Exacto Adrián. Si hoy podemos encontrar en la NFL un ejemplo de caída y rehabilitación, ese debería ser Vick. Warmize, precisa tu observación, por eso escribía que "Incluso en aquellos lugares donde la pena tiene condición de castigo no existe ninguna voluntad de que éste siga teniendo efectos más allá del punto en el que queda cumplida la sentencia". Es curioso que a Vick se le boicotee y no así a otros jugadores culpables de diferentes delitos.

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