domingo, 11 de abril de 2010

The Frozen Thundra

Hay lugares que con solo mencionar su nombre son capaces de evocarnos las esencias más puras del deporte. Espacios abiertos o cerrados donde miles de almas vivieron un sueño, ganaron o perdieron, gritaron, sufrieron y a veces, incluso lloraron. Y así es como la mítica del deporte traspasa las fronteras de lo mundano para convertirse en una herencia sentimental que va pasando de padres a hijos como si de un preciado tesoro se tratara. El recuerdo del viejo Wembley permanecerá imborrable para millones de aficionados al fútbol, de la misma forma que las ocres pistas de Roland Garros serán el mudo testigo de las batallas épicas que los seguidores de tal o cual tenista puedan revivir y tantos otros estadios, arenas y coliseos donde hallar, por un segundo, el dulce sueño de la inmortalidad.

Hablar de NFL supone hacer parada y fonda, tarde o temprano, por el Lambeau Field de Green Bay (Wisconsin), sede de los Green Bay Packers. Un estadio donde respirar la esencia del fútbol americano en todo su significado. Construído en 1957 y remodelado varias veces, ha doblado su capacidad inicial de 32.500 hasta los actuales 72.900 espectadores. Pero la épica acostumbra a empezar allí donde acaba lo cotidiano. Narran las crónicas que el Lambeau Field se ganó la denominación de "The Frozen Tundra" aquella noche de 1967 cuando Packers y Cowboys se enfrentaron con temperaturas de -25ºC (!!!). Los que seguimos este deporte desde hace menos tiempo recordaremos con facilidad los -18º , responsables literalmente de congelarle  su dura tez al bueno de Tom Coughlin durante aquella memorable tarde de playoff en la que solo un único y estratosférico field goal en el extra time dió la victoria a los newyorkers.

Pero hay algo más que eso. Algunos cuentan que en las plácidas noches de otoño, cuando el equipo profesional se encuentra lejos de casa y la afición se apresta a animar a sus colores desde el bar de la esquina, unas siluetas indefinidas rememoran viejos sabores de gloria. Los menos prudentes aseguran que, con un poco de imaginación, es fácil identificar a un joven Don Chandler practicando sus field goals, a Taylor, Hornung y Freeman correteando por el campo y todos ellos bajo la atenta mirada de un tal Vince Lombardi.

Habladurías de algunos viejos?, quizás... pero que nadie lo olvide; esto es el Lambeau Field.

2 comentarios:

  1. uau, excelente artículo!
    Adelante con el bloc

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  2. Muy bueno el blog, acabo de conocerlo y creo que me he convertido en lector asiduo jejeje.

    Muy interesante el artículo!

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